Stefan Zweig

(Austria, 1881 - 1942)

 

Sendas Equívocas (fragmento).

"Entonces, de pronto, mientras se entra por la oscuridad, ocurre una cosa inaudita(...)se siente abrazar fuertemente, pero sin violencia, por una mujer. Un cuerpo tierno, cálido, se estrecha contra el suyo; una mano rápida y temblorosa le acaricia los cabellos y le dobla la cabeza para atrás; vacilando, siente en su boca el fruto extraño, abierto, de lo labios temblorosos que besan los suyos. Aquel rostro está tan cerca del suyo que no puede distinguir sus facciones; nisiquiera osa a mirarlo porque su cuerpo ha sido acometido de un temblor casi doloroso, y ha de cerrar los ojos y, privado de voluntad, concederse como una presa a esos labios ardientes; sus brazos indecisos, inseguros, aferran ahora aquella figura desconocida y, embriagado, oprime contra sí aquel cuerpo".